Existen muchos caminos que nos pueden ayudar a conocernos mejor, que nos aportan calma, y un espacio de cuidado y de reflexión. Hay muchas terapias disponibles para ello. También se puede conseguir con la práctica meditativa. Pero quiero hablaros hoy de una forma muy efectiva, y muy barata, con la que puedes alcanzar todos esos beneficios y muchos más: el diario personal.
Un diario personal es una especie de confidente, a quien puedes contarle cualquier cosa que te preocupe o ilusione. Es como si le escribieras una carta en la que pones en orden (o en desorden), tus pensamientos, lo que necesitas contar, lo que sueñas, lo que esperas, lo que ha ocurrido, lo que planificas, lo que te ha dolido, o las cosas por las que estás agradecido/a hoy.
Mi experiencia escribiendo diarios es larga y muy recompensante. Empecé hace 19 años, y con algunas ausencias más o menos largas a lo largo de estos años, no he dejado de escribirlo. Y es que se ha convertido, sin duda, en uno de los principales medios para aprender a gestionar mis emociones, a profundizar en lo que pienso, encontrar soluciones, cerrar temas que me duelen y me importan, reconocerme un espacio y un tiempo para ser sincera conmigo misma y poner en orden el caos mental o emocional que a veces he tenido, y para crear un espacio para la creatividad y el juego en mi vida.
Todos estos beneficios y más son los que nos regala escribir un diario, y hacer de esta práctica un hábito. Esto es muy importante para que se convierta en un apoyo diario con el que contamos, en una herramienta fuerte y muy valiosa. Y aunque escribir un diario personal todavía no se haya convertido, o no se convierta en un hábito para ti, puede ser esa herramienta potente que te espera en el cajón para que la uses siempre que la necesites.
Porque cuando escribimos un diario personal, nosotras/os nos convertimos en sabios/as. También somos niños/as, libres, juguetones/as, sin censura… Se abren muchos hilos de nuestra personalidad que son necesarios y complementarios. Escribir, sacar de dentro a fuera, y darle forma en un formato físico, es sanador, nos hace vernos y reconocernos.
¿Crees que podría ayudarte comenzar a escribir un diario? ¿Te gustaría empezar? Si es así, encontrarás en las próximas entradas más detalles sobre cómo empezar y cómo ayudarte a encontrar ideas y crear el hábito de escritura.
¡Feliz día y nos leemos pronto!
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